Por
Pedro Martínez Pírez
Las informaciones recientes
sobre el incremento de la cooperación médica entre Cuba y Ecuador y el proyecto
del gobierno del presidente Rafael Correa de contratar a mil médicos cubanos
para que ayuden a implementar en la nación andina la exitosa experiencia cubana
del Médico de la Familia, me hizo recordar que poco después del triunfo de la
Revolución Cubana, y ante la fuga de tres mil galenos hacia Estados Unidos,
varios médicos ecuatorianos y de otras naciones de Nuestra América fueron
contratados por las autoridades de Salud Pública, y algunos de ellos estuvieron
hasta su muerte en la Mayor de las Antillas.
Se
habla mucho ahora de los miles de profesionales de la medicina cubana que
prestan servicios en más de setenta países en el mundo, y últimamente de la contratación
de cuatro mil profesionales que ya se están incorporando al sistema de Salud en
Brasil, pero no todos conocen que la mitad de los médicos cubanos que vivían y
trabajaban en Cuba en enero de 1959 fueron alentados desde Estados Unidos para
abandonar a su patria, en una operación masiva de robo de cerebros que puso en
crisis el proyecto revolucionario de hacer de la Salud Pública un derecho del
pueblo.
Entre
los ecuatorianos que viajaron a Cuba recuerdo a los hermanos ya fallecidos José
y Cristóbal Galindo, quienes durante muchos años prestaron servicios médicos en
Cuba, y hoy se les recuerda con gratitud. Otro destacadísimo médico-patólogo
ecuatoriano, el Dr. Miguel Márquez vive en la actualidad en Cuba, donde durante
muchos años representó a la Oficina Panamericana y la Organización Mundial de
la Salud. Es Profesor de Mérito de la Universidad de Cuenca, Héroe de la Salud
del Ecuador del siglo XX y le fue conferida por el Consejo de Estado de Cuba la
Orden “Carlos J. Finlay”.
Desde
hace siete años existe colaboración médica cubana mediante la llamada Operación
Milagro en las ciudades ecuatorianas de Latacunga, Ballenita y Machala, donde
41 especialistas han realizado más de 140 mil operaciones de cataratas y
pterigio. Desde principios del pasado año, y en varias provincias ecuatorianas,
casi un centenar de especialistas cubanos fomentan la medicina familiar y
comunitaria. Oncólogos cubanos laboran en Quito, Guayaquil y Portoviejo,
mientras que un grupo de cinco angiólogos capacitan a sus homólogos en el
tratamiento de la úlcera del pie diábetico, y más de cien médicos ecuatorianos
realizan especializaciones en varios hospitales cubanos.
A
todo esto hay que agregar la formación de centenares de médicos ecuatorianos en
la ELAM, la Escuela Latinoamericana de Medicina, varios de los cuales ya están
prestando servicios en su país, a partir de una filosofía que se basa en la
prevención y la solidaridad, y no en el mercantilismo.
Se
trata de llevar al área de la salud la colaboración y hermandad entre las dos
naciones que datan de la amistad entre los próceres Eloy Alfaro y José Martí, y
se han profundizado a lo largo de los últimos años gracias a la Revolución
Ciudadana y alfarista que encabeza el presidente Rafael Correa Delgado.
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