Tomado de Cubadebate.
En
julio de 2010 Joe McSpedon, funcionario del gobierno de Estados Unidos, viajó a
Barcelona con el propósito de afinar los últimos detalles de un
plan secreto para crear una red social destinada a socavar al gobierno
cubano.
McSpedon
y su equipo de contratistas especializados en alta tecnología habían llegado
desde Costa Rica, Nicaragua, Washington y Denver. Su misión, lanzar
una red de mensajería que pudiera llegar a cientos de miles de cubanos.
Para ocultar la red al gobierno de la isla, crearían un intrincado sistema de
empresas fachada con una cuenta bancaria en Islas Caimán y contratarían a
ejecutivos que no estaban al tanto de la situación y a quienes no se informaría
de los vínculos de la empresa con el gobierno norteamericano.
McSpedon
no trabajaba para la CIA. Se trataba de un programa financiado y gestionado por USAID, la Agencia
Internacional de Estados Unidos para el Desarrollo, que maneja miles de
millones de dólares en programas de asistencia humanitaria.
Según
documentos obtenidos por The Associated Press y numerosas entrevistas con
personas que participaron en el proyecto, el plan era desarrollar un “Twitter
cubano” elemental
que usara mensajes de texto enviados y recibidos por teléfonos móviles para
burlar el férreo control informativo y las restricciones al uso de la Internet
que mantiene el gobierno de Cuba. Buscando un juego de palabras relacionado con
Twitter, lo llamaron ‘ZunZuneo’,
palabra relacionada con el zunzún, como se llama en Cuba al colibrí o zumbador.
Los
documentos muestran que el gobierno de Estados Unidos planeó la creación de una
base de suscriptores usando “contenido no controversial”:
noticias de fútbol, música, huracanes y publicidad. Cuando lograra una
audiencia de cientos de miles de suscriptores, enviarían mensajes de contenido
político para inspirar a los cubanos a crear convocatorias en red de
“multitudes pensantes”, concentraciones masivas que fueran convocadas
rápidamente y pudieran desencadenar una “primavera cubana” o, como un documento
de USAID lo expresó, “renegociar el equilibro de poder entre el estado y la
sociedad”.
En
su apogeo en 2012, el proyecto captó más de 40.000
cubanos como suscriptores para
compartir noticias e intercambiar opiniones. Pero esos suscriptores nunca
supieron que el servicio fue creado por el gobierno de Estados Unidos, ni que
había contratistas que recopilaban información privada de los usuarios con
propósitos políticos.
“No
se mencionará en lo absoluto la participación del gobierno de Estados Unidos”,
dice un informe de Mobile Accord, uno de los contratistas. “Es totalmente
crucial para el éxito a largo plazo del servicio y garantizar el cumplimiento
de la Misión (sic)”.
La
legalidad del programa no está clara: las leyes de Estados Unidos exigen que
cualquier acción encubierta de una entidad federal debe contar con autorización
presidencial. Funcionarios de USAID declinaron decir quién aprobó el
programa o si la
Casa Blanca conocía de su existencia. McSpedon, gerente de nivel medio y el
funcionario de más alto rango identificado en los documentos obtenidos por la
AP, declinó comentar al respecto.
Matt
Herrick, portavoz de USAID, dijo que la agencia está orgullosa de sus programas
en Cuba y que investigadores del Congreso que revisaron el programa el año
pasado determinaron que se apegaba a las leyes de Estados Unidos.
“La
USAID es una agencia que promueve el desarrollo, no una agencia de
inteligencia, y trabajamos en todo el mundo para ayudar a que la gente pueda
ejercer sus derechos y libertades fundamentales, y darles acceso a herramientas
que mejoren su vida y se puedan conectar con el mundo exterior”, dijo Herrick.
Sobre
la implementación, agregó, que “¿ha tomado el gobierno medidas para operar con
discreción en entornos poco permisivos? Naturalmente… en los entornos hostiles
con frecuencia tomamos medidas para proteger a los que trabajan con nosotros en
el terreno. Esto no es único de Cuba”.
ZUNZUNEO:
PROGRAMA SECRETO
Pero
el programa ZunZuneo enturbia esas aseveraciones, un tema delicado porque su
misión de promoción de la democracia y la entrega de ayuda
a las poblaciones más pobres y vulnerables del mundo pasa por tener la confianza y
cooperación de otros gobiernos.
El
senador Patrick Leahy, demócrata de Vermont y presidente de la Subcomisión de
Asuntos de Departamento de Estado y Operaciones en el Extranjero, dijo que está
a la espera de recibir una explicación de la USAID al respecto.
“Mirando
el programa por encima hay varios aspectos problemáticos”, dijo Leahy. “Existe
el riesgo de que jóvenes cubanos usuarios de teléfonos celulares no
supieran que era una actividad financiada por el gobierno de Estados Unidos.
Está la naturaleza clandestina de un programa del que no se informó a la
Subcomisión de Asignaciones, que tiene funciones de supervisión”.
The
Associated Press obtuvo más de mil páginas de documentos sobre el desarrollo de
ZunZuneo. La AP verificó independientemente el alcance y los detalles del
proyecto (como números de contratos federales y nombres de candidatos) a través
de bases de datos de acceso público, fuentes del gobierno y entrevistas con los
que participaron directamente en el proyecto.
En
su conjunto, los documentos cuentan la historia de cómo agentes del gobierno de
Estados Unidos, trabajando en el más profundo secreto, se
convirtieron en emprendedores tecnológicos en Cuba.
UN INTENTO DE REGRESO A LA GUERRA FRÍA
ZunZuneo parecía ser una vuelta a la Guerra Fría y los decenios de enfrentamiento entre Estados Unidos y Cuba. Y
todo ocurrió en momentos en que las históricamente agrias relaciones entre los
dos países habían mejorado, al menos marginalmente, y Cuba había dado pasos
hacia una economía más abierta.
No
está claro si el plan comenzó con la USAID o Creative Associates International,
una empresa de Washington con fines de lucro que ha recibido cientos de
millones de dólares en contratos con el gobierno de Estados Unidos. Para la AP
no es claro cómo los números de teléfono fueron conseguidos, aunque los
documentos parecen indicar que se hizo de manera ilícita. Los
responsables de ZunZuneo usaron esos números para crear una base de
suscriptores para empezar el proyecto.
A
mediados de 2009, Noy Villalobos, una gerente de Creative Associates, inició
una conversación por chat con su hermano menor en Nicaragua, según un correo
electrónico de Creative Associates, capturó la conversación.
“Por
supuesto, esto es muy confidencial”, previno Villalobos a su hermano. Pero,
“¿qué pudieras hacer si tuvieras todos los números de
celular de un país determinado?,
¿pudieras enviar grandes cantidades de mensajes de texto sin que el gobierno lo
supiera?”.
¿Puedes
encriptarlos o algo así?, le preguntó en un mensaje de texto.
Mario
Bernheim le respondió a su hermana que podía encontrar la manera de enviar
mensajes instantáneos a
cientos de miles de cubanos y a bajo costo. No podía encriptarlos porque sería
demasiado complicado y no podrían ocultar los mensajes al gobierno cubano, que
controlaba Cubacel, pero sí podían ocultar la identidad del que los enviaba
cambiando constantemente el país de origen de los mensajes.
“¿Podríamos
rotarlos por varios países?”, preguntó Villalobos. “¿Digamos, un mensaje desde
Nicaragua, otro desde España, otro desde México?”
Bernheim
dijo que sí. “Pero necesito instalar computadoras espejo en muchas partes, la
misma computadora trabajando sobre la misma plataforma con el mismo teléfono”.
Se
despidió con un “no hay problema”.
CONVERSACIÓN CLANDESTINA CREA OFERTA DE TRABAJO
Después
de la conversación, Creative Associates lo contrató como
subcontratista bajo
la responsabilidad de su hermana. Bernheim, a su vez, contrató al ingeniero
cubano que había recibido la lista de números de teléfono. Para la AP no está
claro cómo los números fueron conseguidos.
Los
responsables de ZunZuneo usaron esos números para crear una base de
suscriptores para empezar el proyecto. El equipo se las arregló para enviar
mensajes de texto a miles de cubanos sin ser detectados. Pero tenían ambiciones
mayores.
Creative
Associates concibió la lista como el punto de partida de una red
social que llamarían “Proyecto ZZ” o “Project Hummingbird”, que
arrancaría cautelosamente y trataría de hacer llegar su mensaje a los jóvenes
cubanos, a quienes la USAID consideraba más proclives al cambio político.
“Debemos
aumentar gradualmente los riesgos”, propuso la USAID en un documento. La
agencia defendía el uso de las llamadas ‘smart mobs’, una convocatoria a través
de la red a encuentros masivos convocados con poca antelación, sólo en
“momentos críticos u oportunos y no en detrimento de la red de nuestra
plataforma”.
El
equipo de contratistas y subcontratistas de la USAID creó
un portal de Internet paralelo al servicio de mensajes de texto de manera que los cubanos pudieran
suscribirse, interactuar ente ellos y enviar mensajes gratis. Para lograr que
el portal se pareciera al de una empresa real plantearon el uso de “banners con
publicidad ficticia para dar la apariencia de una empresa comercial”, sugirió
una propuesta.
En
múltiples documentos, personal de la USAID destacó que los mensajes de texto
habían movilizado multitudes y provocado levantamientos políticos en Moldavia y
Filipinas, entre otros países. La agencia señaló el papel de las redes sociales
en Irán después de las elecciones en las que venció el entonces presidente
Mahmud Ahmadinejad en junio de 2009 y las consideraba un instrumento importante
de política exterior.
Los
documentos de la USAID indican que su objetivo estratégico en Cuba era
“sacarla del punto muerto en
que se encuentra mediante tácticas e iniciativas temporales para impulsar el
proceso de transición hacia el cambio democrático”. Cambio democrático en Cuba
significaba acabar con el control de los Castro sobre el poder.
La
USAID dividió la sociedad cubana en cinco segmentos sobre la base de su lealtad
al gobierno. Por una parte estaba el “movimiento democrático”, al que
calificaba de “todavía (en lo fundamental) irrelevante” y por la otra los
“partidarios fieles al gobierno”, llamados los talibanes en una comparación con
los extremistas afganos y paquistaníes.
Una
pregunta clave era cómo movilizar a los cubanos de a pie
hacia el campo de los activistas democráticos sin ser detectados.
Bernheim aseguró al equipo que eso no sería un problema.
“El
gobierno cubano, como otros regímenes comprometidos con el control de la
información, carece de la capacidad de vigilar y controlar de manera efectiva
un servicio de estas características”, escribió Berhneim en una propuesta a la
USAID marcada como “información sensible”.
ZunZuneo usaría
los números de teléfono para
derribar el bloqueo cubano a la Internet y no sólo para entregar información a
los cubanos, sino también para que los usuarios pudieran interactuar entre
ellos de una manera que el gobierno no pudiera controlar. Al final sería un sistema que
permitiría a los cubanos enviarse mensajes directamente entre ellos.
En
una reunión de estrategia, la compañía analizó el uso del “volumen de usuarios
como una fachada… para la organización”, según las minutas de la reunión.
También se sugirió que el “debe haber un
espacio los suficientemente grande para ocultar a miembros de la oposición que
se hayan inscrito en el servicio”.
ZUNZUNEO INICIA OPERACIONES DESDE AMÉRICA
CENTRAL
El
equipo de ZunZuneo comenzó a operar desde América Central. Bernheim desde la
capital de Nicaragua, Managua, mientras McSpedon supervisaba el trabajo de
Creative Associates desde San José, Costa Rica.McSpedon tenía estatus diplomático pero operaba desde
fuera de la embajada. Resultó ser un arreglo lo suficientemente
extraño como para levantar sospechas en Washington, según funcionarios
estadounidenses.
McSpedon
trabajaba para la Oficina de Iniciativas de Transición de la USAID, una
división creada tras la caída de la Unión Soviética para defender los intereses
de Estados Unidos en entornos políticos que cambiaban a gran velocidad sin
tener que lidiar con la burocracia habitual.
En
2009, un informe redactado por investigadores del Congreso advirtió que la
labor de la oficina de transición “a menudo se presta a enredos políticos que
podrían tener consecuencias diplomáticas“. Personal de
diferentes comisiones legislativas de supervisión del Congreso se habían
quejado de que USAID gestionaba programas secretos sobre los que no ofrecía
detalles.
“Se
nos dijo que no nos podían informar siquiera en términos generales sobre esas
operaciones porque, cito, ‘podrían morir personas’“,
dijo Fulton Armstrong, que trabajaba en la Comisión de Relaciones Exteriores
del Senado. Antes de eso, Armstrong fue el analista de inteligencia de mayor
rango en América Latina y asesoraba a la Casa Blanca de Clinton.
El
dinero que Creative Associates invirtió en ZunZuneo se asignó públicamente a un
proyecto no especificado en Pakistán, según información gubernamental. Pero no
hay ninguna prueba de que los fondos se gastaron.
Las
tensiones con el Congreso se dispararon precisamente cuando ZunZuneo comenzaba
a despegar en diciembre de 2009, cuando otro programa de la USAID terminó con
el arresto del contratista estadounidense Alan Gross, quien había
viajado repetidas veces a Cuba en una misión secreta a ampliar el acceso a la Internet
mediante tecnología que, por lo general, sólo usan los gobiernos, una misión
que fue revelada por la AP en febrero de 2012.
Según
Armstrong, en algún momento la Comisión de Relaciones Exteriores descubrió las
operaciones secretas de la Oficina de Iniciativas de Transición de la USAID en
Costa Rica. Funcionarios del gobierno de Estados Unidos lo reconocieron en
privado pero la USAID se negó a ofrecer detalles.
En
un evento en Washington, Armstrong dice que le preguntó a McSpedon si sabía que
al operar programas secretos desde un tercer país pudiera dar la impresión de
que trabajaba para una agencia de inteligencia.
McSpedon,
a través de la USAID, dijo que eso no es cierto, pero declinó ofrecer más
detalles.
LA ESTRATEGIA CLANDESTINA BAJO LA SOMBRA DE UN
CONCIERTO
El
20 de septiembre de 2009, miles de cubanos se reunieron en la Plaza de
Revolución de La Habana para ver el concierto del rockero colombiano Juanes
denominado “Paz sin fronteras”. Era la concentración más multitudinaria en
la isla desde la visita del Papa Juan Pablo II en 1998. Bajo la
mirada de una efigie de Ernesto “Che” Guevara, Juanes, que vive en Miami,
prometió que su música convertiría el odio en amor.
Para
el equipo de ZunZuneo, el concierto era una oportunidad
perfecta para probar el poder político de su red social.
Semanas antes, la empresa de Bernheim, usando la lista de teléfonos, envió
medio millón de mensajes para probar cuál sería la reacción del gobierno
cubano.
El
equipo contrató a Alen Lauzán Falcón, un artista satírico nacido en La Habana y
que vive en Chile para escribir mensajes “a la cubana”. Algunos tenían un
contenido moderadamente político, otros eran cómicos. Algunos más incisivos.
Uno preguntaba si dos músicos locales, que gozan del apoyo del gobierno, debían
subirse al escenario con Juanes. Respondieron alrededor de 100.000 personas sin
darse cuenta que participaban en una encuesta para conseguir información de
inteligencia.
Paula
Cambronero, investigadora de la empresa Mobile Accord, comenzó a crear una
amplia base de datos de los suscriptores cubanos con información como género,
edad, “receptividad” y “tendencias políticas”. La USAID creía que la
información demográfica de la presunta disidencia podría
ayudarlos a enfocar otros programas en Cuba y “maximizar las posibilidades
de extender nuestro alcance”.
Cambronero
concluyó que el equipo debía ser cuidadoso y escribió en un informe que “los
mensajes con connotación humorística no deben mostrar tendencias políticas
claras para no crear animosidad en los destinatarios”.
Falcón
dijo en una entrevista que nunca le dijeron que estaba
escribiendo mensajes para un operativo del gobierno de Estados Unidos,
pero no se arrepiente de haber participado.
Carlos
Sánchez Almeida, abogado especialista en leyes europeas de protección de
información, dijo que estos detalles revelados por la AP infringen las leyes de
privacidad españolas porque el equipo de ZunZuneo había recopilado
de manera ilegal información personal de una lista de teléfonos y la había
enviado mensajes no solicitados a través de una plataforma española.
“La
liberación no autorizada de información es delito, y usar esa información para
crear una lista de personas por su afiliación política está completamente
prohibido por la ley española” dijo Almeida, quien agregó que también infringe
un acuerdo de protección de información suscrito entre la Unión Europea y
Estados Unidos en 2000.
A
partir de los registros de los servidores, la USAID vio pruebas de que La
Habana había tratado de seguir la pista a los mensajes de texto,
de penetrar los servidores de ZunZuneo y ocasionalmente había bloqueado los
mensajes. Pero la USAID calificó la respuesta de “tímida” y concluyó que
ZunZuneo podía ser viable si mantenía su origen en secreto.
Aunque Cuba
tiene uno de los mejores servicios de contrainteligencia del mundo,
el equipo de ZunZuneo creyó que mientras el servicio de mensajería pareciera
inofensivo, Cubacel lo dejaría tranquilo.
Una
vez que la red tuviera una masa crítica, según los documentos de Creative
Associates y la USAID, sería más difícil para el gobierno cubano cerrarla
debido a su popularidad y a que Cubacel se habría acostumbrado a los ingresos
que le generaban los mensajes.
En
febrero de 2010 se presentó ZunZuneo a los
cubanos y comenzó la campaña de mercadotecnia. En seis meses
consiguió 25.000 suscriptores. Crecía más rápido y atraía más atención de la
que el equipo de USAID podía controlar.
DE LO MICRO A LO MACRO
Saimi
Reyes Carmona estudiaba periodismo en la Universidad de La Habana cuando se
tropezó con ZunZuneo.
Estaba
intrigada tanto por la novedad del servicio como por su precio. La
publicidad decía “mensajes gratis”, así que se apuntó con su apodo, “Saimita”.
Al
principio era una plataforma pequeña, dijo durante una entrevista reciente en
La Habana. Pero un día fue al portal y vio que los servicios aumentaban.
“Empecé a enviar un mensaje diario”, el máximo permitido al principio. “Casi no
tenía seguidores”. Pero cada vez que recibía uno se contentaba.
Entonces
la popularidad de ZunZuneo se disparó.
“Todo
el mundo quería apuntarse y en cuestión de meses tenía 2.000
seguidores, no tenía idea de quiénes eran ni de dónde eran”.
Informó
a sus seguidores de su fecha de cumpleaños y se sorprendió al recibir 15
mensajes privados. “Esto es lo mejor que he visto”, le dijo a su novio, Ernesto
Guerra Valdez, también estudiantes de periodismo.
No
pasó mucho tiempo antes de darse cuenta de que era
la segunda persona con más seguidores de la isla después de un usuario llamado UCI, que
imaginaba era la Universidad de Ciencias Informáticas de La Habana. Su novio
tenía 1.000 seguidores. Los dos estaban sorprendidos del alcance que les
ofrecía.
“Era
algo tan maravilloso” dijo Guerra. “Tan noble”. El y Reyes trataron de entender
cómo funcionaba ZunZuneo porque la tecnología tenía que ser costosa, pero no
descubrieron nada. Se sentían agradecidos.
“Siempre
nos pareció extraña tanta generosidad y amabilidad”, dijo Reyes. “El
hada madrina de la telefonía móvil”.
ZUNZUNEO CON MIRAS A DIVIDIRSE
A
principios de 2010 Creative Associates decidió que ZunZuneo era tan popular que la
compañía de Bernheim no era lo suficientemente sofisticada para gestionarlo y pasaron a crear “una versión a
escala de Twitter”, para lo cual acudieron a otro joven experto en tecnología,
James Eberhard, presidente de Mobile Accord, una empresa de Denver. Eberhard
fue un pionero en el uso de mensajes de texto para donaciones en caso de
desastres y había recaudado millones de dólares después del terremoto de Haití
en enero de 2010.
Eberhard
ganó millones antes de cumplir los 30 años con la venta de una compañía que
vendía ringtones y juegos. Su portal de Internet lo describía como un
“visionario en la comunidad global de la telefonía móvil”.
En
julio viajó a Barcelona para sumarse a Bernheim, McSpedon y otros con el fin de
crear lo que llamaron “una estrategia discreta”.
“Si
se descubre que la plataforma es o ha sido apoyada por el gobierno de Estados
Unidos, no sólo nos arriesgamos a que Cubacel cierre el canal, sino que ponemos
en riesgo la credibilidad de la plataforma como fuente de información
confiable, de educación y de empoderamiento”, decía un memorando de Mobile
Accord.
Para
ocultar el rastro, decidieron que una empresa del Reino Unido estableciera en
España una empresa que gestionara ZunZuneo. Y crearon otra llamada MovilChat en las
Islas Caimán, un paraíso fiscal, con una cuenta en el Bank of
N.T. Butterfield & Son Ltd. para pagar las cuentas.
Las
minutas de la reunión de Barcelona indican que las compañías pantallas
permitirían a ZunZuneo distanciarse de Washington para que “el rastro del
dinero no termine en Estados Unidos”.
Pero
el dinero no era lo único que les preocupaba. Tenían que ocultar el origen de los
mensajes textos, según documentos y entrevistas con miembros
del equipo.
Brad
Blanken, el jefe de operaciones de Mobile Accord, abandonó el proyecto en su
etapa inicial pero dijo que se debían seguir dos principios para que lograr el
éxito.
“El mayor reto es conseguir los números de teléfono”, dijo. “Y después, tener
la capacidad de burlar el control de la red”.
El
equipo de contratistas instaló servidores en España, Irlanda y las Islas Caimán
para procesar los textos, y contrató a una empresa española llamada Lleida.net
para enviar los mensajes a Cuba desprovistos de su información de
identificación.
Mobile Accord también trató de conseguir información de inteligencia de ingenieros de Telefónica, la empresa española
de telecomunicaciones y aliada de Cubacel, que según los organizadores “podría
conocer la red de Cubacel”.
“Comprender
los protocolos de seguridad y de vigilancia de Cubacel será un activo de valor
incalculable para evitar la detección por parte de la telefónica (en este caso
Cubacel)”, dice un informe de Mobile Accord.
No
obstante, los responsables de USAID se dieron cuenta de que no podían
ocultar su participación de manera indefinida a menos que abandonaran el escenario.
El dilema se planteó sin rodeos cuando Eberhard viajó a Washington para
participar en una reunión de estrategia a principios de febrero de 2011, en que
su compañía señaló la “contradicción inherente” de dar a los cubanos una
plataforma de comunicación en la que su gobierno no podía influir pero que era
financiada por el gobierno de Estados Unidos e influenciada por su agenda.
Entonces
contactaron a Jack Dorsey, uno de los cofundadores de Twitter, en busca de
financiación para el proyecto. Los documentos muestran que Dorsey se reunió con
Suzanne Hall, funcionaria del Departamento de Estado que trabajó en medios
sociales y otros temas. Dorsey declinó comentar sobre el tema.
El
Departamento de Estado, bajo la entonces secretaria Hillary Clinton, creía que los
medios sociales era una herramienta diplomática importante. En un discurso de 2011 en
la Universidad George Washington, Clinton dijo que Estados Unidos ayudaba a las
personas en “entornos de Internet opresivos a burlar los filtros de seguridad”.
En Túnez, donde nació la Primavera Árabe, dijo Clinton, la gente usó la
tecnología para “organizar y compartir quejas, algo que como sabemos ha ayudado
a impulsar un movimiento que condujo a un cambio revolucionario”.
A
final de cuentas, la solución era encontrar un nuevo
equipo gerencial que separar a ZunZuneo de su origen estadounidense y
recaudara los fondos necesarios para convertirlo en una iniciativa
“independiente”, aunque mantuviese su estrategia de “cambio democrático”.
Eberhard
lideró el proceso de selección, una operación sensible porque quería
mantener en la ignorancia al equipo de gestores de la empresa española. Ellos
no podían saber nada de la participación del gobierno de Estados Unidos.
“El
equipo de gestión de ZunZuneo no tendrá conocimiento del origen real de la
operación; como máximo, sabrán que Mobile Accord creó la plataforma”, expresó
el memorando. “El equipo de gestión no puede tener duda o preocupación alguna
sobre la participación del gobierno de Estados Unidos”.
El
memorando agregaba que la conciencia limpia del director general sería
“particularmente crítica en lo relacionado con Cubacel”. Preocupados por el
alto costo de los mensajes de texto para el usuario cubano medio,ZunZuneo negoció una tarifa de cuatro
centavos de dólar por mensaje a
través de un intermediario español. Los documentos muestran que había esperanza
de que un director ejecutivo honesto que no tuviera conocimiento de los
orígenes del proyecto podría convencer a Cubacel de que apoyara el proyecto.
Mobile Accord estudió a por lo menos una docena de candidatos de cinco países para la dirección general de la empresa en España.
Una de ellas fue Francoise de Valera, presidenta de una empresa a quien
contactaron mientras estaba de vacaciones en Dubai.
Viajó
a Barcelona. En el Hotel Mandarin Oriental, un resort de lujo de la capital
catalana, se reunió con Tim Musratt y Nim Pattel, que entonces residente de
Mobile Accord. James Eberhard también participó en las entrevistas. Pero De
Valera dijo que no le dieron respuestas claras sobre lo que buscaban.
“Me dijeron algo de SMS pero nada sobre
un vínculo con Cuba ni con Estados Unidos” dijo en una
entrevista desde Londres. “Si hubiera aceptado el cargo, creo que tarde o
temprano me habría percatado de que algo andaba mal. Menos mal que no me
escogieron”.
RESTRICCIONES PARA ZUNZUNEO
A
principios de 2011, Creative Associates se empezó a desesperar con la
incapacidad mostrada por Mobile Accord para hacer convertir a ZunZuneo
en un proyecto autosostenible e independiente de Estados Unidos. La operación se
encontraba frente a un problema sin solución. La USAID pagaba cientos de miles
de dólares en tarifas de recepción de mensajes de texto al monopolio de
telecomunicaciones cubano a través de cuentas bancarias secretas y empresas
fachada. Era una situación que no podían permitirse ni justificar y que si se
salía a la luz pública sería vergonzosa, o incluso peor.
En
una evaluación detallada, Creative Associates dijo que Mobile Accord había
ignorado la sustentabilidad del proyecto. “Se sentía cómoda recibiendo fondos
del gobierno de Estados Unidos que mantenían a flote la compañía”.
De
los 60 puntos con los que se medía el rendimiento, Mobile sólo consiguió 34. Creative
Associates se quejó de que Mobile no entendía muy bien la misión social del proyecto y sólo le dio tres puntos
sobre diez en “compromiso con los objetivos del programa”.
“Nos
preocupa especialmente su pasividad a la hora de mejorar la situación”, expresa
la evaluación.
Mobile
Accord se abstuvo de comentar sobre el tema.
En
un tono que denotaba cada vez más impaciencia, la
USAID presionaba a Mobile Accord para que consiguiera nuevos ingresos para cubrir gastos. Mobile Accord
sugirió vender publicidad en Cuba, pero incluso con una proyección de un millón
de suscriptores la publicidad en una economía comunista equivaldría a una suma ridícula.
En
marzo de 2011, ZunZuneo ya tenía casi 40.000
suscriptores y decidió trabajar con un tope de 50.000 para mantener un perfil bajo,
abandonando así sus objetivos previos de llegar a 200.000 usuarios. Decidieron
limitar los mensajes al 1% del tráfico total en Cuba para que las autoridades
de la isla no los detectaran.
Mientras
tanto, a través de un antiguo empleado de ZunZuneo, que habló a condición de no
ser identificado porque no estaba autorizado a hablar de su trabajo, conocieron
que los cubanos los estaban descubriendo y que ya habían tratado de bloquear el
servicio.
ZUNZUNEO DESAPARECE POR PÁGINA PARA NIÑOS
A
mediados de 2012 los cubanos comenzaron a quejarse de que el servicio sólo funcionaba
esporádicamente, y después que no funcionaba.
ZunZuneo
se esfumó con el mismo misterio con el que había aparecido.
En
junio de 2012, usuarios con acceso a Twitter y a su
página de Facebook se
preguntaban qué habría pasado.
“¿Por
dónde se pueden recibir mensajes de ZunZuneo?”, preguntó una mujer en Facebook
en noviembre de 2012. “¿Por qué ya no me llegan?”.
Los
usuarios que trataban de entrar al portal de ZunZuneo eran
dirigidos a una página de Internet para niños con un nombre similar.
En
un español mal escrito, ZunZuneo publicó en su página de
Facebook un mensaje que decía que estaba al tanto de los problemas de acceso y estaban trabajando para
solucionarlos.
“Qué
viva el ZunZuneo!”, decía su último mensaje.
En
febrero, cuando Saimi Reyes y su novio Ernesto Guerra supieron la verdad sobre
ZunZuneo, se mostraron sorprendidos.
“¿Cómo
iba a saber?”, pregunta Guerra, “Ahí no decía bienvenido a ZunZuneo, un
servicio de USAID”.
“Además,
no tenía nada negativo. Si yo hubiera comenzado a recibir mensajes subversivos
o amenazas de muerte o ‘Todos a las calles’”, rio al decir, “hubiera dicho,
‘OK’, aquí algo huele mal. Pero no sucedió nada de eso”.
La
USAID dice que el programa terminó cuando se acabó el
dinero. El gobierno cubano declinó comentar al respecto.
El
antiguo dominio de Internet de ZunZuneo está a la venta por 299
dólares. El registro de MovilChat, la empresa registrada en las
Islas Caimán, venció el 31 de marzo.
(Con información de AP) (Más información del tema en: http://www.cubainformacion.tv/index.php/en-portada/55722-operacion-secreta-en-ciberguerra-de-eeuu-contra-cuba-estalla-en-los-medios-documentos-originales )
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