Indecencia e irresponsabilidad detrás de otro plan subversivo: ¿el fin justifica los medios?

Otra vez es Associated Press quien saca a la luz planes injerencistas y subversivos del gobierno norteamericano contra Cuba. En esta ocasión se trata de la manipulación y puesta en peligro de jóvenes de distintas nacionalidades enviados a hacer el trabajo sucio de la CIA en la isla caribeña.
El objetivo sigue siendo el mismo: promover una rebelión interna que justifique la intervención yanqui en el país y para eso han estado agotando todos los recursos que alguna vez les dieron buenos resultados, sobre todo en regiones del Oriente Medio, como la renombrada “primavera árabe”, que no se ha dado y no se va a dar en Cuba, recuérdese el destino de Zunzuneo, Piramideo y todos sus engendros y un poco más atrás, el desenmascaramiento y posterior detención del “contratista” Alam Gross y si queremos más historia, la infiltración y desbaratamiento de toda clase de bandas contrarrevolucionarias apoyadas por la CIA allá por los años 60 del siglo pasado.
¿Después de tantos años de fracasos a los gringos les dio por subestimar la capacidad y preparación de la contrainteligencia cubana?
Es escandaloso que los servicios de espionaje norteamericanos utilizaran a jóvenes inexpertos para tratar de crear focos rebeldes entre los universitarios cubanos (blanco de las últimas agresiones injerencistas del imperio en la isla rebelde) para lograr lo que no pueden hace 55 años.
AP denuncia que los jóvenes reclutados por Estados Unidos para este otro intento de subversión fueron financiados por USAID a razón de unos 5 dólares la hora y entrenados por “agentes” durante unos 30 minutos para que pudieran evadir los servicios de seguridad del Estado cubano. Al parecer, como ya los especialistas en materia de espionaje y subversión han fallado reiteradas veces, el Departamento de Estado de USA recurre a imberbes iniciantes, ante la seguridad de que en Cuba no se les va a causar daño físico y en el peor de los panoramas serían expulsados del país, como lo asegura un documento obtenido por la AP.
La idea general era que esos 12 jóvenes provenientes de Venezuela, Costa Rica y Perú incentivaran a estudiantes universitarios cubanos a plantearse la posibilidad de revertir el proceso revolucionario, algo a lo que no renuncia el gobierno imperialista del norte. La tarea incumplida hacía pasar a estos “agentes viajeros” por turistas e intentando captar posibles activistas políticos, según señala la agencia de prensa internacional.
Este nuevo intento sigue sumando casos a la lista de operaciones fallidas, creadas en las oficinas de inteligencia de Washington y financiadas por la incondicional e incombustible USAID. Lo doloroso del caso, lo que debería ser un punto de reflexión en el gobierno de los Estados Unidos de Norteamérica, es la validez moral de un método que implica a jóvenes sin experiencia y los pone en peligro ante una perspectiva que, bajo ningún punto de vista, tendría en Cuba los resultados que esperan; Los norteamericanos, en su afán por "madurar la fruta a golpes" recurren nuevamente a programas secretos dirigidos a manipular a los jóvenes cubanos con vistas a crear una oposición funcional a los intereses del imperio. Es inobjetable el empleo de métodos de la CIA en estos proyectos (empleo de fachadas y medidas de seguridad) aunque el gobierno de Estados Unidos alegue que quieren "normalizar" las relaciones con Cuba.
El reclutamiento de Jóvenes contratistas latinoamericanos, para hacer el trabajo de la CIA es similar al empleo de mercenarios centroamericanos para la ejecución de acciones terroristas a fines de los años 90 que incluso provocaron la muerte a turistas y personas inocentes.
La instrumentación de este pérfido plan, pocos meses después de la detención de Alan Gross demuestran el poco interés de la USAID en el destino de sus contratistas y que la USAID no es una agencia para la ayuda al desarrollo sino que está  orientada a desestabilizar naciones con el dinero de los contribuyentes norteamericanos, sin que estos  sean siquiera informados de cómo se emplean sus contribuciones cada vez más altas en el presupuesto de USAID.

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